Fernando Cuesta Fernández (Gijón, 1955). Licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Oviedo durante nuestra azarosa y turbulenta Transición, fusilero en la Brigada de Alta Montaña (Sabiñánigo, temporada 1979-80) y funcionario municipal -desde 1982 hasta que tengan a bien agradecerle los servicios prestados-. A fuerza de tebeos, telefilmes, películas toleradas para menores, partidas al futbolín y cromos del Campeonato Nacional de Liga, acabó por interesarse en eso que llaman "Cultura Popular", más que nada porque en algo hay que interesarse en esta vida...
Fernando Cuesta (Gijón, 1955). No pasé de las rodillas de mi santa madre en los Campos Elíseos (los niños más pequeños no pagaban su localidad) a la ardiente oscuridad de la última fila sin un dilatado período transitorio… En esos maravillosos años fue forjándose mi cinefilia impenitente, en butaca de patio o las más de las veces en delantera de entresuelo o “gallineru”, por elementales razones de presupuesto, al mismo tiempo que me arruinaba la vista delante de un vetusto televisor en blanco y negro de diecinueve pulgadas, devorando con fruición sesiones de tarde y de noche. Disfruté el espectacular “Todd-Ao” del Robledo y el Jovellanos, formé parte de la bulliciosa grey infantil del Ideal, aspiré la sórdida humanidad del Goya y el Albéniz, y también me beneficié de los bonos-descuento del llorado Brisamar, templo cimadevillense del “Arte y Ensayo” situado junto a la primitiva “Paradiso”. Y, por descontado, fui animal de Cineclub antes de convertirme en grabador compulsivo en Beta y VHS. Hoy continúo erre que erre, fagocitando imágenes sin tasa, aunque ahora en formatos menos épicos y más íntimos…
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